Consecuencias de humedades en las habitaciones de los niños

lemara-clock 09/12/20

Para conseguir un ambiente agradable en la vivienda, es importante combinar dos aspectos: que la temperatura sea la adecuada y que la humedad relativa se encuentre en un porcentaje saludable. 

¿Por qué es tan importante controlar la humedad dentro de casa? 

Como media, una persona produce entre tres a cinco litros de vapor de agua al día al respirar. A este vapor hay que añadir el que se desprende de los alimentos al cocinar o al realizar actividades diarias como la ducha o el aseo. En el peor de los casos, la humedad aumenta por la presencia de filtraciones, problemas de condensación o deficiencias de aislamiento en paredes, techos, suelos, ventanas o puertas.

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Cuando la humedad en una vivienda es excesiva, se condensa en forma de agua y puede provocar la aparición de moho y la proliferación de bacterias y virus perjudiciales para la salud. 

Este exceso de humedad ambiental también deteriora el mobiliario, la pintura y los tabiques de la vivienda, y pone en riesgo instalaciones de luz, de gas, etc. 

Por contra, cuando un ambiente es demasiado seco, las mucosas y las gargantas de las personas que están allí se ven afectadas, y se produce una sensación de boca seca.  

Entonces, ¿cuál es la humedad recomendada? 

Los estudios han demostrado que el nivel ideal de humedad relativa en el interior de una vivienda está en una franja comprendida entre el 40 % y el 60%. Por debajo de estos valores empiezan a proliferar bacterias, virus y afecciones respiratorias y, por encima, es más frecuente el crecimiento de hongos y moho, y la aparición de trastornos alérgicos. 

¿Cuál es el riesgo de humedad en las habitaciones de los niños pequeños? 

El exceso de humedad en la vivienda es especialmente perjudicial para niños pequeños, mujeres embarazadas, ancianos y personas con enfermedades inmunológicas o respiratorias. 

En el caso de los bebés, una humedad demasiado elevada y un ambiente enmohecido puede provocar graves daños en su aparato respiratorio, especialmente en el caso de los recién nacidos. Piensa que el moho genera “esporas”, unas partículas diminutas que flotan en el aire y que pueden entrar en los pulmones del bebé cuando respira. 

En espacios húmedos, los niños con alergias al moho pueden presentar síntomas como ojos llorosos, nariz congestionada, exceso de mucosidad, estornudos, picores, silbidos en el pecho y problemas para respirar. En los casos más graves, pueden tener dolor de cabeza, sinusitis, infecciones pulmonares como la bronquitis o ataques de asma. De hecho, alrededor del 80% de los niños con enfermedades como el asma desarrollan su vida en lugares con un exceso de humedad. 

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Claves para conseguir la humedad adecuada en la habitación de un bebé 

Controlar la humedad en la habitación de los niños es muy importante, ya que en este entorno pasan gran parte de sus primeros meses de vida.

Además, los expertos coinciden en que la gravedad de los síntomas de la humedad en los bebés y sus consecuencias están relacionados, en mayor grado, con el tiempo que están expuestos a la humedad y con la cantidad de moho en la habitación y, en un porcentaje muy inferior, con el tipo de moho. 

Por eso, una de las claves para conseguir la humedad adecuada en las habitaciones de los niños es controlar y eliminar las humedades de cualquier tipo.   

Respecto al grado de humedad, muchas personas se preguntan cuál es la humedad relativa recomendada para habitaciones de niños pequeños, y lo cierto es que es la misma que las habitaciones de los adultos: entre un 40 y un 60%. 

El mayor problema, sin embargo, no es tanto la humedad relativa como la presencia de humedades o los problemas de condensación en paredes y las ventanas, que pueden derivar en la aparición de manchas de moho, creando unas condiciones favorables para la proliferación de los ácaros.

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Por eso, en las habitaciones con bebés es especialmente importante controlar rincones como juntas de techo o paredes y los marcos de ventanas y puertas, que es donde es más probable que aparezcan las humedades. 

Otros consejos para controlar la humedad en los cuartos infantiles son:

  • Ventilar correctamente 

La falta de ventilación es, en ocasiones, la responsable de la aparición de humedades por condensación. Por eso, ventilar las habitaciones es fundamental para reducir el exceso de humedad y el riesgo de aparición de moho. 

De la misma forma, conviene renovar el aire de los espacios cerrados con frecuencia para evitar la proliferación de virus y bacterias.  

  • No tiendas en la habitación

Otra de las claves para controlar la humedad en el interior de la vivienda es tender en los espacios exteriores. 

Las prendas húmedas pueden emitir hasta 500 mililitros de agua al ambiente cada hora, así que, si tiendes la ropa en una  habitación cerrada, el riesgo de aparición de humedades será mayor. 

Para prevenir la humedad en las habitaciones de niños pequeños también debes asegurarte de que las mantas, almohadas y el resto de ropa de cama que está en contacto con el bebé están perfectamente secas. 

  • Controla la temperatura, especialmente en  invierno

Humedad y temperatura van de la mano si queremos conseguir un hogar confortable y un ambiente agradable. 

Actualmente, muchos sistemas de calefacción permiten controlar la temperatura grado a grado. Esta debe situarse alrededor de los 21ºC, aunque en casas con niños pequeños puede aumentarse un par de grados más. 

Pero cuidado: si la temperatura es demasiado elevada, es más fácil que se produzcan condensaciones por el contraste entre temperatura interior y exterior, lo que eleva las probabilidades de aparición de humedades. 

  • Utiliza bolsas antihumedad en los armarios 

Los armarios son unos de los rincones de la casa donde puede acumularse la humedad debido a la mala ventilación. Las bolsitas de gel de sílice contribuyen a controlar el exceso de humedad en armarios y cajones, eliminan el mal olor y previenen la aparición de moho. 

  • Ante la duda, contacta con profesionales 

Los productos antihumedad absorben el exceso de humedad ambiental y pueden ser útiles para prevenir la aparición de moho y ácaros. Sin embargo, cuando estos tienen su origen en humedades, la única solución es consultar con expertos como Lemara, ya que, en estos casos, limpiar paredes, techos o muebles afectados no es suficiente. 

Si descubres humedades en las habitaciones de los niños, conviene solucionar el problema cuanto antes. El moho se reproduce muy rápido, y la exposición prolongada y continuada al ambiente húmedo y enmohecido es especialmente perjudicial para los más pequeños de la casa. 
¿Tienes problemas de humedad en tu casa? Contacta con nosotros. Identificaremos el tipo de humedad, haremos un diagnóstico y te ofreceremos las soluciones más efectivas para ti.

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