El término «nivel freático» (también manto freático, napa freática o napa subterránea) se utiliza para definir, por una parte, la cantidad de agua acumulada en el subsuelo y que puede aprovecharse para su uso a través de pozos, y, por otra, una capa del subsuelo que contiene aguas freáticas.
¿Qué es el nivel freático?
De forma más específica, el nivel freático o capa freática es «el nivel superior del agua en un acuífero o, más correctamente, el lugar donde la presión del agua es igual a la de la presión atmosférica».
Podemos encontrar agua tanto por encima como por debajo de este nivel. La que está por debajo se llama agua freática, tiene presión positiva y da lugar a acuíferos.
El agua que está por debajo del nivel freático es agua capilar, tiene presión negativa y permanece retenida en los capilares del suelo. En ambos casos, el origen del agua es la sedimentación o la infiltración a través del suelo de un exceso de agua derivado de lluvias, ríos, lagos, mares o deshielos de zonas montañosas.
Por otra parte, al hablar del suelo freático también podemos destacar de los llamados «niveles freáticos colgados». Éstas capas de aguas subterráneas aparecen en terrenos impermeables y son independientes del nivel freático convencional, tanto en profundidad como en expansión.
¿Qué hace que el nivel freático suba o baje?
El nivel freático viene marcado por la profundidad que alcanza la capa superior de agua acumulada en el subsuelo. Esta profundidad puede variar debido a las lluvias estacionales o al crecimiento del caudal de ríos o lagos cercanos. En las zonas costeras, las mareas y la presión atmosférica también hacen que el nivel freático del suelo suba o baje.
¿Por qué es importante calcular el nivel freático en construcción?
Saber qué es el nivel freático es fundamental en el ámbito de la construcción. El motivo es que cuando realizamos una excavación por debajo de éste, existe mayor riesgo de inestabilidad y hundimientos.
Cuando es necesario realizar una excavación y una cimentación profunda posterior debemos saber si vamos a alcanzar el nivel freático para adoptar medidas que impidan la infiltración y el paso de aguas subterráneas. Estas medidas de contención pueden ser barreras físicas, sistemas de bombeo o una combinación de ambos métodos. Elegir la opción adecuada depende del tipo de terreno y de la profundidad de la excavación.
De forma más específica, los objetivos de determinar el nivel freático del suelo en construcción son:
- Conocer la capacidad del agua para empujar estructuras o elementos de contención.
- Cuantificar las subpresiones que incidan en los elementos de apoyo en el subsuelo.
- Considerar cualquier tipo de agotamiento freático o impermeabilización previo a la construcción de las cimentaciones.
- Estudiar la posibilidad de variaciones en los niveles de aguas subterráneas durante la construcción y tras ésta.
- Observar la influencia de la capa freática, no solo en el edificio en cuestión, sino también en construcciones cercanas y linderas.
- Valorar los riesgos de realizar zanjas, taludes, desmontes o cualquier acción que ponga en riesgo la estabilidad del terreno.
- Calcular las cimentaciones con mayor precisión.
¿Cómo se mide el nivel freático del suelo?
La forma habitual de determinar el nivel freático del suelo y localizar la ubicación de la capa freática es mediante sondeos que permiten detectar dónde está el agua subterránea y dónde debemos hacer la perforación. Esta medida debe realizarse en diferentes momentos y épocas del año, a través de mediciones puntuales, para valorar la estabilidad del terreno.
El método tradicional para medir el nivel freático es la flauta con cinta métrica o cable de acero, con la que podemos determinar la posición de las aguas subterráneas de manera fiable y precisa. También pueden utilizarse fotografías infrarrojas, estratigrafía, petrografía, percepción remota, radares o geografía estructural.
Cómo rebajar el nivel freático del suelo
El conjunto de operaciones destinadas a la evacuación de las aguas freáticas presentes en el terreno y que irrumpen en espacios como aparcamientos o sótanos se denominan acciones de «abatimiento de nivel freático». Su objetivo es suprimir o rebajar el nivel freático del suelo para realizar la excavación en seco, bien a la hora de construir desde cero o bien para reparar una humedad o hacer una rehabilitación.
Los profesionales del sector tienen en cuenta diferentes técnicas para rebajar el nivel freático en construcción. Destacan fundamentalmente los pozos de bombeo (sistema de extracción de agua mediante aspiración forzada) y los llamados «well-point» (pozos perforados). Estos últimos se usan en terrenos con baja o escasa permeabilidad donde el agua no llegaría por gravedad a los pozos, y permiten trabajar sobre el nuevo nivel freático rebajado gracias a un bombeo por generación de vacío que mantiene el equilibrio entre agua aportada y extraída.
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